Partes integrantes del patrimonio francés: usted sabrá identificarlos fácilmente. Los burones son pequeños hábitats de piedra construidos en altitud y lejos de ciudades y pueblos. En la soledad de los espacios abiertos, nuestros agricultores vivían cerca de seis meses al año, durante la temporada de verano, junto con sus rebaños. Ordeño de vacas, fabricación de queso, nacimiento de terneros,... los días agotadores transcurrían con una comodidad…. ¡Rústica!
Los burones son visibles en las tierras deshabitadas y a veces inaccesibles en invierno. Aquí es donde los rebaños suben a los pastos de verano y pastan en los meses de verano.
Los burones están construidos en tierras inhóspitas, a menudo alejadas de los pueblos, lo que hacía imposible en esa época los viajes diarios de ida y vuelta.
El burón era a la vez el lugar de trabajo y de vivienda de los agricultores en los meses de verano.
Burón de Cantal
Casi no quedan burones activos en nuestro departamento. Hoy en día, muchos de ellos han sido convertidos en casas de campo, albergues de esquí o restaurantes de montaña. Algunos de ellos han sido reconstituidos para resaltar la vida de los "buronniers" y para perpetuar este patrimonio ancestral francés. Este es el caso de Laveissière en la Casa del Buronnier, donde Philippe hace revivir a sus visitantes esta vida de antaño en un entorno excepcional.
Una asociación de salvaguarda de los burones también existe para garantizar la preservación de este patrimonio montañés.
La casa del buronnier en Laveissière
Visitar, dormir y/o comer en un burón, ¡es posible ! La restauración de algunos burones le ofrece la oportunidad de vivir esta experiencia en el corazón del Volcán Cantal. Una segunda vida para estos edificios tradicionales, un paréntesis auténtico para los amantes de la naturaleza y las piedras antiguas.
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